domingo, junio 18, 2006

LA JUVENTUD

Según las últimas encuestas del Plan Nacional sobre las Drogas , casi el 40% de los adolescentes de 14 años reconoce haber bebido durante los treinta días anteriores al sondeo y, un 27% de los encuestados menores de 18 años admite emborracharse cada 10 días. Estos datos son incontestables y son el signo de que la sociedad actual está enferma. En cambio nuestros dirigentes ignoran esta realidad y siguen enfrascados en sus disputas
En la calle nadie está de acuerdo con el tipo de educación que tienen nuestros hijos; pero no se dan cuenta que ninguna ley puede sustituir la carencia de liderazgo dentro de la propia familia. La urbanidad, los valores, los principios se aprenden por imitación y es en la familia donde es más fácil que se aprendan, no en el colegio. El colegio sirve para socializarnos, para que el niño deje de creer que es el centro del universo.
Si la cuarta parte de los menores de 18 años reconoce emborracharse cada semana (no estamos hablando de beber, sino de emborracharse) ¿Dónde se encuentran esos padres? ¿Existe tan poca comunicación que no llegan a darse cuenta que sus hijos llegan borrachos a casa? ¿Existe alguna ley de educación que pueda arreglar eso? Esta situación se reproduce en muchos otros paises de nuestro entorno. Por ejemplo, en Inglaterra, el número de alumnos de 12 y 13 años que dedican una hora diaria a sus estudios ha descendido del 86% en 1991 al 64% en nuestros días.
Y dicho esto, me viene a la memoria un hecho ocurrido hace ya 25 años, cuando estudiaba medicina. Estaba con mi profesor de prácticas pasando consulta y un paciente comentó "es que la juventud está loca". De pronto, mi profesor dejó de escribir, depositó el bolígrafo sobre la mesa y levantando la cabeza contestó: "La juventud no, algunos jovenes. La mayoría de los jovenes que yo conozco están estudiando todo el día, procurando ser mejores cada día". Desde entonces, tuve en mayor consideración si cabe a aquel profesor porque aunque no me había dado cuenta hasta ese momento, tenía en gran estima nuestro esfuerzo.
Siguiendo las enseñanzas de aquel maestro, hoy también considero que aunque hay un 25% de jovenes que se emborrachan cada semana, también hay un 75% que siguen su vida sin alharacas pero divirtiendose, estudiando, formándose como profesionales y como hombres. Así veo a mis alumnos de 4º de Medicina. La mayor parte del día se les va en prácticas y en clases y cuando llegan a casa por la tarde, tienen que ponerse a estudiar. La juventud no está loca, son solo jóvenes, aunque un 25 % de ellos son viejos de 18 años.

Que sean felices y la fuerza les acompañe